jueves, 22 de septiembre de 2011

El silencio de los corderos

Hace unos días el diario “Público” en su contraportada publicaba un chiste. Artur Mas llevaba dos títeres en las manos, uno con el rostro del conseller de sanitat que decía “En los últimos tiempos algunos catalanes se han puesto malos por encima de sus posibilidades” y el otro con el rostro del conceller de economía le responde “Esto ahora tiene un precio”. No deja de tener su gracia si no fuera porque lo que está en juego es la salud. El gobierno de CiU está dispuesto a sorprendernos cada día y a actuar con toda la desfachatez del mundo. A los recortes en salud, algo gravísimo porque se están eliminando servicio y prestaciones haciendo empeorar la vida de las personas, hay que sumar el cortijo de la consellera d’educació, y también lo del Pirmi, dos consellers mano a mano haciendo de poli bueno y poli malo, este con una chulería insufrible, y hablando de miles de marroquíes, el imán de Lleida, y un fraude monstruoso debido a la inutilidad de los servicios sociales. Resultado, aún estamos esperando que salga un solo caso y se han endurecido las medidas para recibirlo. Eso sí, ahora cualquier página de la Generalitat añade la palabra “familia”, tan defensores de esa sagrada institución, lo que pasa es que hace tiempo que sabemos que este térrmino es sólo para las suyas. Y sus amigos de enfrente de la plaza Sant Jaume no le van a la zaga, el alcalde Trías ha iniciado una curiosa costumbre de poner placas con su nombre en equipamientos diseñados y construidos por el anterior gobierno del alcalde Hereu, que nunca puso una placa glosándose, como tampoco lo hicieron los alcaldes Clos, Margall y Serra, no por falsa modestia sino porque todo ha sido fruto del trabajo conjunto con la ciudadanía y nadie tiene porqué ponerse una medalla, y menos el último en llegar. Pero no se para ahí y quiere emular a los de la Generalitat, así que, con ayuda del PP se cargan de un plumazo la política de escolas bressol públicas del ayuntamiento. Ahora se concertarán plazas privadas con lo cual no aumentarán para nada la oferta incumpliendo de manera flagrante la ley del Parlament que ellos también votaron. Familias que habrán de pagar más por una plaza, estas no son de las que aparecen en sus webs. Policías en el metro que se ponen a bombo y platillo después de publicitar un problema para luego decir que se supone que ha ido bien pero que es muy costoso. Desregulan los apartamentos, levantan el veto a más hoteles en Ciutat Vella, Distritos que van a ser abandonados y en los que no se va a invertir un euro “porque ya tienen demasiado “ “o tienen un estigma”… Pero lo que más llama la atención es el silencio de los corderos. Ni una sola línea en los medios de comunicación sobre las bressol, el pirmi olvidado, Trias que siga con sus placas, incumplimientos de leyes que nadie pone de manifiesto. Y no sólo son los medios, parece que se ha apoderado de nosotros el pesismismo, todo el mundo sabe que está mal pero nadie dice nada y los movimientos son minoritarios. El movimiento vecinal y asociativo tan combativo y crítico en los últimos años, tanto que todo lo consideraba un ataque al movimiento, calla. Y también calla la izquierda ¿no merecía la pena una “rajada” lo de las bressol más allá de la cortesía y los cauces institucionales? ¿Y lo de Ciutat Vella? Se ha de hacer el trabajo de oposición en el Parlament y en el Ayuntamiento, pero el partido ha de apoyarlo ahora más que nunca y una manera es tomando postura clara y bajando a la calle donde la cortesía institucional está de más. No caigamos en el lodazal en que quieren convertir la política pero cuando el precio que podemos pagar es el de la fractura social, algo por lo que hemos trabajado durante 30 años para que no se produjera, creo que debemos ya de una vez abandonar el silencio, el silencio de los corderos, porque si no, significa que hemos aceptado el matadero