sábado, 15 de septiembre de 2012

EL ESTÚPIDO ORGÁNICO


Decía Gramsci, lamento y pido perdón por citar a un pensador tan rancio como este, que en la medida en que cada uno o una utiliza su capacidad cerebral de forma más o menos elevada, todos podemos ser considerados como intelectuales. Pero no todos ejercemos la función de intelectual y añadía y cito textualmente:

"Todo grupo social que surge sobre la base original de una función esencial en el mundo de la producción económica, establece junto a él, orgánicamente, una o mas capas intelectuales que le dan homogeneidad y conciencia de su propia función, no sólo en el campo económico, sino también en el social y en el político..."

Como Gramsci estaba por entonces en la cárcel (“Hay que impedir que ese cerebro piense” dijo el fiscal fascista) tuvo que sortear la censura y donde dice “grupo social” se refiere a “clase social”.

Pero no se trata de hablar de Gramsci sino del “estúpido orgánico”. Volvamos a Gramsci y cambiemos “intelectual” por “estúpido”:

"Todo grupo social que surge sobre la base original de una función esencial en el mundo de la producción económica, establece junto a él, orgánicamente, una o mas capas de estúpidos que le dan homogeneidad y conciencia de su propia función, no sólo en el campo económico, sino también en el social y en el político..."

Cómo no soy quién para enmendar la plana a los que utilizan el término, por mi no pertenencia a esa casta ya que soy de barriada y periferia, me limitaré a describir mi estupidez.

1)      Formo parte de un partido político con más de 150 años de historia organizada y raíces  desde que se cometió la primera injusticia de un ser humano contra otro.

2)      Por lo tanto de un proyecto común que tiene conciencia colectiva, porque tiene unos ideales, e individual porque uno es lo que es desde que se levanta hasta que se acuesta y se comporta conforme a unos principios.

3)      Pienso que los proyectos personales que exceden las líneas rojas de la ideología estarían más cómodos en otro sitio, sin acritud y sin resentimiento, hay muchas maneras de pensar y organizarse.

4)      Que la ideología es lo que es, ni rancia, ni anticuada ¿qué se pueden explorar caminos? por supuesto, precisamente la pluralidad no es de derechas. Pero precisamente en esa pluralidad están las diferencias y unas gotas o palmadas en la espala de la derecha desvirtúan el proyecto. En cambio a ellos se les acerca a la gente porque se humanizan.

5)      Que la democracia te pone en un sitio y desde allí se trabaja para que la democracia te devuelva la confianza

6)      Que no tengo nada que ver y me he de enfrentar, políticamente, a los que mantienen y aumentan las injusticias sociales

7)      Y que mi conciencia, colectiva o individual, o mi libertad, jamás debe coartar la del resto (un principio muy liberal, por cierto)

Soy un estúpido orgánico que puede que no entienda los entresijos del poder porque ilusamente cree en lo colectivo, los proyectos comunes y (perdón) el partido, cuando lo que parece que se lleva son los personalismos y torcerle el brazo a la organización, ente ignorante que no entiende y se comporta de manera ortodoxa aplastando la libertad. Una organización obsoleta que seguramente alguno piensa que debería desaparecer, como todos los “estúpidos” que, parte de él, conforman el gran estúpido orgánico.

Pero mirad, como no le hago ningún mal a nadie me quedo con mi partido su conciencia y sus ideas, mis carrera, mi máster, mis cursos varios, mis novelas y ensayos escritos, mi vocación de enseñar, mis conferencias para las gentes de la periferia y de la universidad, en resumen, dejad que siga siendo estúpido.