Últimamente la prensa se ha hecho eco de la posibilidad de que se produzca
la sociovergencia en Barcelona. Se comienza hablando del PAM (Plan de Actuación
Municipal, hoja de ruta del ayuntamiento durante los próximos tres años) para
pasar sin ningún poder a un gobierno estable y compartido. Dejando al margen el
hecho de los oscuros intereses de “La Vanguardia” y “El Periódico”, los más
beligerantes a favor de la entente y que daría para otro artículo, quiero
aportar mi decálogo de por qué me niego a aceptar la idea en el que aparecen
cosas que por obvias debían no tener que explicitarse pero en vista de los que
está sucediendo…
1) El PSC es de izquierdas y CiU la derecha. No está de más recordarlo. Su
proyecto de sociedad es el que es, y nada tiene que ver con el nuestro.
¿Híbridos? ¿Para qué? Con un agravante, las políticas de derechas nunca se ven
degradas cuando aplican algún elemento de izquierdas, al contrario, se enriquecen
y humanizan. Las políticas de izquierdas si adoptan modos conservadores dejan
de ser tales y se convierte en el
consabido “todos son iguales”.
2) Las elecciones nos ha mandado a la oposición, no a
que hagamos componendas. Nuestro papel está claro, hemos de construir una
alternativa a la inactividad del gobierno convergente no apuntalarlo dándole
estabilidad y tranquilidad en su quietismo del que también seríamos
responsables.
3) ¿Es CiU de fiar? No. Dónde ahora piden comprensión
y apoyo antes tuvimos los siguientes ejemplos de solidaridad: postura durante
el apagón, la historia del túnel y la Sagrada Familia, los repartos de
pancartas en Ciutat Vella casa por casa y la traición personal de Trías en la
Diagonal, por sólo mencionar algunas. ¿Les importaba la ciudad? No ¿Les importa
ahora? Tampoco ¿Para qué suavizarles el mandato? Qué manden y decidan.
4) No podemos pactar con el partido de las “retallades”
en educación, sanidad, servicos sociales, nuestras banderas ¿O queremos que se
nos identifique con ellos? CiU gobierna la Generalitat ¿es necesario recordar
la milonga de la herencia recibida? Da igual el haberles dejado el Ayuntamiento
más saneado de España. Trias en cuanto tiene ocasión nos acusa de todos los
males. Un Trias, por otro lado al que habría que recordarle cual fue su
actuación en Madrid durante la mayoría absoluta de Aznar, incluida guerra de
Irak, y veríamos lo “socialdemócrata” que es
5) ¿Vamos a convertirnos como Trias en el banquero de
Mas? ¿Vamos aprestarle dinero a la Generaltat? ¿Alguien piensa que dejarán de
hacerlo? ¿Justificaremos entonces la ausencia de acción municipal? ¿Vamos a justificar
que se esté pagando a “La Vanguardia” y a “El Periódico” para que nos
crucifiquen cada día? ¿Qué se hayan ventilado el impuesto de sucesiones? ¿Qué
sigan subvencionando entidades de dudoso origen y oscuro fin? Porque habría que
apoyarlo a no ser ue se quiera ir a la ruptura cada día.
6) No quiero pactar con un partido que no aclara lo
de Millet y la financiación de las campañas municipales, porque aparte de ir
contra los principios de la ética republicana y socialista, automáticamente a
ojos de la gente nos convierte en cómplices. Un fango que cubre la política,
objetivo fundamental de la derecha que no la necesita para nada y que cuanto
peor, mejor.
7) Una operativa ¿Vamos a cargar con la responsabilidad
de dirigir distritos, porque seguro que nos los ofrecerían ante su inutilidad
manifiesta? Una vez desmanteladas las empresas municipales ¿vamos a asumir la
gestión sin recibir un solo euro en los Distritos? Porque vuelvo a repetir, CiU
no es de fiar y eso sucedería, haciéndonos responsable la gente de lo que
suceda, o mejor dicho, de lo que no suceda y precisamente en los territorios
que nos votan. Maniobra perfecta para ellos y una estupidez para nosotros.
8) Ahora de partido. Las resoluciones están para
cumplirlas y que yo sepa hay dos en la línea de hacer oposición y no pactar bajo
ningún concepto. Afiliarse es una opción personal para compartir unos
principios y contrastar, discutir y construir y una vez decidida la cuestión es
la de todos porque a la izquierda nos debilita la disensión pública y los “versos
sueltos”. El socialismo es socialismo, si le añadimos unas gotas de liberalismo
o conservadurismo o comunismo, ya no lo es, es otra cosa. Y para acabar este
punto, una de historia. Las opciones personales en contra de las de la mayoría
a veces han llegado a buen puerto… Pero también muchas, se han ido a pique en estrepitosos
errores. Y este puede ser histórico.
9) No quiero darle votos a ICV que dice ser más de
izquierdas que nosotros, aunque aún estoy esperando que asuman alguna
responsabilidad de estos años de gobierno que es lo que sucedería si se produce
la sociovergencia. No quiero ver otra pinza que nos llevaría al ostracismo,
esta vez producida por un error nuestro.
10) Soy de
barrio. CiU no cree en Barcelona, en sus barrios, en sus habitantes. Soy del
PSC que cree en Barcelona, en sus barrios y en sus gente.
Por estas diez y otras que podría explicar me opongo a la sociovergencia, y
no sólo al hecho sino al concepto. Sociovergencia no es socialismo y el PSC es
socialista. Reafirmemos nuestros principios, hablemos con claridad, hagamos
oposición, pongámonos al lado de los ciudadanos y ciudadanas y que Trias y su
corte gobierne la ciudad, si pueden… o saben, cosa que hace tiempo dudo.