viernes, 31 de agosto de 2012

Decálogo contra la sociovergencia


Últimamente la prensa se ha hecho eco de la posibilidad de que se produzca la sociovergencia en Barcelona. Se comienza hablando del PAM (Plan de Actuación Municipal, hoja de ruta del ayuntamiento durante los próximos tres años) para pasar sin ningún poder a un gobierno estable y compartido. Dejando al margen el hecho de los oscuros intereses de “La Vanguardia” y “El Periódico”, los más beligerantes a favor de la entente y que daría para otro artículo, quiero aportar mi decálogo de por qué me niego a aceptar la idea en el que aparecen cosas que por obvias debían no tener que explicitarse pero en vista de los que está sucediendo…

1)    El PSC es de izquierdas y  CiU la derecha. No está de más recordarlo. Su proyecto de sociedad es el que es, y nada tiene que ver con el nuestro. ¿Híbridos? ¿Para qué? Con un agravante, las políticas de derechas nunca se ven degradas cuando aplican algún elemento de izquierdas, al contrario, se enriquecen y humanizan. Las políticas de izquierdas si adoptan modos conservadores dejan de ser tales  y se convierte en el consabido “todos son iguales”.

2)    Las elecciones nos ha mandado a la oposición, no a que hagamos componendas. Nuestro papel está claro, hemos de construir una alternativa a la inactividad del gobierno convergente no apuntalarlo dándole estabilidad y tranquilidad en su quietismo del que también seríamos responsables.

3)    ¿Es CiU de fiar? No. Dónde ahora piden comprensión y apoyo antes tuvimos los siguientes ejemplos de solidaridad: postura durante el apagón, la historia del túnel y la Sagrada Familia, los repartos de pancartas en Ciutat Vella casa por casa y la traición personal de Trías en la Diagonal, por sólo mencionar algunas. ¿Les importaba la ciudad? No ¿Les importa ahora? Tampoco ¿Para qué suavizarles el mandato? Qué manden y decidan.

4)    No podemos pactar con el partido de las “retallades” en educación, sanidad, servicos sociales, nuestras banderas ¿O queremos que se nos identifique con ellos? CiU gobierna la Generalitat ¿es necesario recordar la milonga de la herencia recibida? Da igual el haberles dejado el Ayuntamiento más saneado de España. Trias en cuanto tiene ocasión nos acusa de todos los males. Un Trias, por otro lado al que habría que recordarle cual fue su actuación en Madrid durante la mayoría absoluta de Aznar, incluida guerra de Irak, y veríamos lo “socialdemócrata” que es

5)    ¿Vamos a convertirnos como Trias en el banquero de Mas? ¿Vamos aprestarle dinero a la Generaltat? ¿Alguien piensa que dejarán de hacerlo? ¿Justificaremos entonces la ausencia de acción municipal? ¿Vamos a justificar que se esté pagando a “La Vanguardia” y a “El Periódico” para que nos crucifiquen cada día? ¿Qué se hayan ventilado el impuesto de sucesiones? ¿Qué sigan subvencionando entidades de dudoso origen y oscuro fin? Porque habría que apoyarlo a no ser ue se quiera ir a la ruptura cada día.

6)    No quiero pactar con un partido que no aclara lo de Millet y la financiación de las campañas municipales, porque aparte de ir contra los principios de la ética republicana y socialista, automáticamente a ojos de la gente nos convierte en cómplices. Un fango que cubre la política, objetivo fundamental de la derecha que no la necesita para nada y que cuanto peor, mejor.

7)    Una operativa ¿Vamos a cargar con la responsabilidad de dirigir distritos, porque seguro que nos los ofrecerían ante su inutilidad manifiesta? Una vez desmanteladas las empresas municipales ¿vamos a asumir la gestión sin recibir un solo euro en los Distritos? Porque vuelvo a repetir, CiU no es de fiar y eso sucedería, haciéndonos responsable la gente de lo que suceda, o mejor dicho, de lo que no suceda y precisamente en los territorios que nos votan. Maniobra perfecta para ellos y una estupidez para nosotros.

8)    Ahora de partido. Las resoluciones están para cumplirlas y que yo sepa hay dos en la línea de hacer oposición y no pactar bajo ningún concepto. Afiliarse es una opción personal para compartir unos principios y contrastar, discutir y construir y una vez decidida la cuestión es la de todos porque a la izquierda nos debilita la disensión pública y los “versos sueltos”. El socialismo es socialismo, si le añadimos unas gotas de liberalismo o conservadurismo o comunismo, ya no lo es, es otra cosa. Y para acabar este punto, una de historia. Las opciones personales en contra de las de la mayoría a veces han llegado a buen puerto… Pero también muchas, se han ido a pique en estrepitosos errores. Y este puede ser histórico.

9)    No quiero darle votos a ICV que dice ser más de izquierdas que nosotros, aunque aún estoy esperando que asuman alguna responsabilidad de estos años de gobierno que es lo que sucedería si se produce la sociovergencia. No quiero ver otra pinza que nos llevaría al ostracismo, esta vez producida por un error nuestro.

10)  Soy de barrio. CiU no cree en Barcelona, en sus barrios, en sus habitantes. Soy del PSC que cree en Barcelona, en sus barrios y en sus gente.

Por estas diez y otras que podría explicar me opongo a la sociovergencia, y no sólo al hecho sino al concepto. Sociovergencia no es socialismo y el PSC es socialista. Reafirmemos nuestros principios, hablemos con claridad, hagamos oposición, pongámonos al lado de los ciudadanos y ciudadanas y que Trias y su corte gobierne la ciudad, si pueden… o saben, cosa que hace tiempo dudo.