martes, 10 de julio de 2012

El (negro) futuro de la educación en España



A lo largo de los siglos todo el mundo ha hablado de educación. El historiador americano Henry Brooks dijo que “Un profesor trabaja para la eternidad: nadie puede decir dónde acaba su influencia”. El gran filósofo Inmanuel Kant, profesional de ella dijo que “Tan solo por la educación puede el hombre llegar a ser hombre. El hombre no es más que lo que la educación hace de él". “Dónde hay educación no hay distinción de clase” dijo Confucio y Lincoln, unos cuantos siglos después, que “El conocimiento es la única riqueza de la que no pueden despojarnos los tiranos". Y para acabar otro desconocido, Albert Einstein que afirmó “Nunca consideres el estudio como una obligación, sino como una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber”

Hoy, 8 de julio de 2012 voy a añadir una más “Habrá menos asignaturas. Existirá una cierta optatividad, pero no puede ser que, como vías, en 1º de bachillerato tengamos nueve y en 2º, once. Es antieconómico” Esta última es de José Ignacio Wert, actual ministro de Educación que antes fue un participante habitual en tertulias de esas en que se sabe de todo y él era especialmente activo quedando claro cuál era su opinión sobre la educación pública y la iniciativa privada. Hoy también he leído una encuesta en la que aparece con la  nota más baja entre los ministros tras su actuación estos seis meses en los que se ha destapado como el individuo encargado de desmantelar la educación en España y la guinda del pastel es su proyecto de reforma educativa presentado hace una semana y que tras sus cacareadas bondades oculta una verdad perversa: una reforma educativa ideológica que camina en una dirección segregadora. Muchas cosas me llamaron la atención, pero sobre todo dos, la primera la de las reválidas. Lo diré claramente para no andar con rodeos y cómo profesional de la educación con más de veinte años de experiencia ¿Puede ser un fracasado estudiantil una persona de once años? ¿Podemos decidir el destino de una persona por un día, en un lugar diferente a donde habitualmente aprende y con un personal desconocido? Listos y torpes separados, y, o mucho me equivoco o puedo señalar de antemano a qué grupo social pertenecerán unos y otros, incluso en que barrio vivirán. Y no contento con ello, dos exámenes  más, además de tener que tomar a los 15 años decisiones sobre su vida. Cualquiera que haya estado en la escuela sabe que son personas, que cambian, que dónde había alguien que no aprendía determinada materia, un año después madura y, finalmente aparece un magnífico profesional. No es una ley matemática, la educación ha de dar todas las oportunidades que pueda y no cercenar el futuro de una persona.

Y la segunda, y por eso he añadido la frase del ministro, es el asunto de la reducción de asignaturas en la ESO y Bachillerato basado en un criterio tan absurdo como que tienen demasiadas materias y les distraen. Sin embargo, en la frase está la clave, es antieconómico. La educación reducida a criterios económicos presentada como gasto y no como inversión de futuro, en uno de los países de la UE que menos dedica a educación, menos del 4% del PIB, y el ministro la presenta como una carga inasumible. Solución reducir las materias y con ellas el profesorado. Las consecuencias sobre el personal es evidente, el paro. Un paro para la gran mayoría irreversible ya que ¿dónde va una persona con años de docencia que no sabe hacer otra cosa que la noble, aunque el ministro no lo crea, tarea de enseñar? El maestro y la maestra de algunas materias dejan de ser socialmente útiles. Ya pasó en 1936 cuando se les acusó de inculcar peligrosas ideas a niños y jóvenes, entonces se les eliminó físicamente, hoy se les señalará como gente que ha dedicado su vida a algo social y educativamente inútil y, por lo tanto, prescindible.

Pero el ministro dice que las asignaturas de modalidad distraen de las instrumentales, sólo hay que estudiar cuatro o como mucho seis, lengua, matemáticas, inglés y ciencias. Le daré al señor ministro la lista de esas asignaturas de modalidad que considera innecesarias: química, biología, ciencias de la tierra, dibujo técnico, tecnología industrial, economía, latín (aunque esta dice el ministro que la extenderá a toda la enseñanza ¿por qué será?) literatura castellana y catalana, historia del mundo contemporáneo, historia del arte, geografía, psicología, educación, infantil, historia de la música, en fin, cosas que no sirven para nada según el ministro y su equipo.

Dediquen muchas horas a seis materias y tendrán alumnos y alumnas hastiados que no conocerán nada más que eso y, por supuesto suprímanse las facultades de esas materias en las que nadie se apuntará por puro desconocimiento de ella. Se mantendrán las necesarias a las que acudirán los que han acudido siempre y de nuevo el sueño de la igualdad de oportunidades se habrá venido abajo, como debe ser, según determinada ideología.

No sé cómo acabará esta historia pero diré una cosa, mi mayor orgullo durante todos estos años ha sido el formar generaciones de niños y jóvenes de barrios populares que han alcanzado altas cotas educativas en pie de igualdad con aquellos que lo tenían más fácil. Y seguiré haciéndolo porque señor ministro, lo que no podrá evita nunca es que una maestra o un maestro enseñe a sus alumnos y alumnas lo que es la libertad, la igualdad y la utilidad para formar ciudadanos y ciudadanas que tienen todas esa materias que usted considera prescindibles.







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