Y Jordi Hereu dijo Sí

El alcalde de Barcelona Jordi Hereu dijo ayer (15 de agosto) que será el candidato del PSC en las próximas elecciones municipales. Sin dar un respiro la derecha de se lanzó a hacer declaraciones. Para el portavoz de CiU esa decisión dice la tomará el PSOE y Zapatero repitiendo de esta manera la consigna de su partido de la dependencia del PSC, otro día discutiremos eso de acusar a los socialistas de ser socialistas. Pues bien, ya que ahora les ha dado la verborrea incontenible harían bien en aprovechar para explicar el apoyo de Millet a las campañas de CiU, entre ellas las municipales, a través de la Fundación Trias Fargas que entonces presidía un ahora regidor de CiU. En cuanto al líder del PP Fernández Díaz ¿qué decir? Él sí dice, que la candidatura de Hereu es el fin de treinta años de socialismo en Barcelona, pero eso lo dijo con Clos, Maragall y supongo que con Serra, así que como adivino no tiene precio.
Pero vayamos al hecho en sí, Hereu se declara candidato. Algunos auguran la derrota. Hagamos un poco de memoria, Jordi Hereu llega a la alcaldía de Barcelona a principios de septiembre de 2006 tras el nombramiento de Joan Clos como ministro de industria. Faltaban nueve meses para las elecciones y las encuestas estaban en contra del PSC, 11 regidores se auguraban. En ese periodo de tiempo, si las encuestas eran ciertas, Hereu remonta el vuelo y consigue 14 regidores siendo la fuerza más votada. A partir de ahí y tras la espantada de ERC gobierna en coalición con ICV en minoría frente a los otros tres grupos. Un mandato difícil ya que desde un principio CiU y PP se propusieron que este sería el fin de treinta años de gobiernos progresistas. Una y otra vez, algunas veces con ayuda de ERC, han tratado de bloquear las iniciativas municipales. Se da la paradoja de que habiendo sido el mandato en que más se ha invertido en barrios y personas la derecha y sus medios han conseguido trasladar al imaginario público una imagen de ciudad paralizada y de un alcalde que no lidera. De nuevo lo que han trasladado los medios de la derecha de manera interesada secundados por campañas como la de la prostitución en Barcelona y que reflejan curiosamente sus encuestas.
La oposición está eufórica, ya se ve ganadora. Ahí está Trias, oportunamente callado tras lo de Millet, un candidato amortizado que a todos dice que sí con tal de sacar un voto. Un exconseller de la Generalitat, de la misma que mantuvo a Barcelona en la esquina castigada, diputado en Madrid que apoyó sin ambages la política de Aznar votándole dos investiduras, una de ellas sin necesidad, un líder de la oposición que pacta una cosa y sale diciendo otra como en el referéndum de la Diagonal, una de cuyas opciones, la de unir el tranvía está en su programa, pero prefirió hacer campaña para hundir al alcalde antes que pensar en la ciudad, cosa por otro lado nada extraña. Y qué decir de Fernández Díaz, el apoyo necesario de Trias para llegar a la alcaldía. Barcelona para él necesita mano dura, es una ciudad oscura, llena de fracasados que han de ver un policía en cada esquina. Hace cuatro años recuerdo que en campaña delante de la construcción de un socio-sanitario dijo que cuando fuera alcalde acabaría con las listas de espera. Brillante el fino conocedor de las competencias municipales y miembro del partido que gestiona, por decir algo, la sanidad en Madrid.
Jordi Hereu ha sufrido una campaña inmisericorde. Pero basta escucharle hablar de Barcelona, porque él si habla de Barcelona con conocimiento y con pasión y la conoce como no la conoce ninguno de los otros, barrio a barrio y calle a calle, porque ese es su gran proyecto: los barrios y su gente. No he escuchado a Trias jamás un discurso sobre la ciudad, los barceloneses y su futuro. Fernández Díaz es el discurso de no y del miedo. Un miedo que nunca tendrá esta ciudad salvo a caer en manos de los que quieren aprovecharse de ella como hicieron de Cataluña durante 23 años y los que quieren llegar para volverla a poner en el rincón de la historia.
Ánimo Jordi